viernes, 2 de noviembre de 2007

Desesperación

Desesperados. Así estamos después de un mes de trabajo en pruebas. En este periodo hemos realizado todo tipo de prácticas. Podemos presumir de dominar la edición digital de noticias y de una agilidad ganada a pulso en la sombra de una intranet de acceso restringido. Sin embargo, esta última semana se ha convertido en todo un suplicio.

No sólo no hemos ampliado los conocimientos acerca del sistema, sino que nuestros ánimos han decaído considerablemente. Cunde el hastío y el aburrimiento entre el equipo internauta. Sobre todo porque nuestro trabajo carece de repercusión pública. Y así es complicado mantener la concentración durante ocho horas.

El sopor laboral no implica que no se cumplan los objetivos diarios. Por encima de todo somos profesionales. Pero comprobamos con angustia como las agujas del reloj apenas avanzan y nuestras ojeras se multiplican. Ansiamos un cambio.

El soplo de aire fresco vendrá acompañado de la puesta en marcha definitiva de la sección. Del fin del trabajo inútil, oculto para el gran público. Aunque 32 días después de nuestro paso por Madrid la incógnita continúa.

Tan sólo una de las delegaciones ha visto la luz en la Red. Hace ya una semana, y con dos de retraso respecto a los plazos previstos. El resto permanecemos a la espera. Nosotros sólo somos una miniredacción más en el entramado mediático del grupo editorial que nos da cobijo. Pero el desaliento es un sentimiento compartido entre los que participamos de la coreografía inherte de números cero.

A pesar de todo, se vislumbra una luz al final del túnel. El final del trayecto está próximo. O quizás esté intoxicado por mis deseos. La rumorología dice, en cualquier caso, que en el plazo de dos semanas estaremos en el aire. Fluctuando en la Red. Yo me agarro a un clavo ardiendo. Creo a pies juntillas los dimes y diretes. Esta vez sí. Como siempre.

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